sábado, 7 de enero de 2023

Tendencia deflacionista en Japón

 En esta entrada se explica la tendencia deflacionista que está viviendo Japón en los últimos años. ¿Está relacionado con el estancamiento secular?

En primer lugar es necesario definir ambos conceptos. La deflación se define como el descenso, continuo y generalizado del precio de los bienes y servicios de una economía durante un tiempo determinado. Por su parte, el estancamiento secular es un fenómeno que explica la falta de crecimiento o uno prácticamente inexistente.

Desde los años 90 hasta la actualidad en Japón se puede observar una desaceleración del crecimiento de su PIB, así como la falta de inflación, e incluso períodos de deflación. El fuerte desarrollo económico japonés de los años 70 y 80 se vio frenado debido a la inestabilidad generada por la creación de una burbuja financiera e inmobiliaria.


El Banco de Japón aumentó el tipo de interés de referencia para luchar contra la inflación y buscar la estabilidad de los precios (1989). Esto provocó que el precio de los activos financieros e inmobiliarios cayesen durante la década de los 90. 

Hacia finales el crecimiento del PIB no alcanzó el 2% bajo en tipo de interés del 5%. Para remediar esta desaceleración, el gobierno creó paquetes de estímulo fiscal y se bajó el tipo de interés al 1'75%. Entonces el crecimiento rondaba el 0%.

Sin embargo, estas medidas no tuvieron el efecto que se esperaba y fueron mal organizados. Al mismo tiempo, la caída de los precios produjo la reducción de la riqueza de los hogares y una fuerte restricción al crédito.

Estos factores y otros como la caída del valor del yen (presión internacional, sobre todo de Estados Unidos), la deslocalización productiva, la falta de confianza y, en general, una cultura diferente, pues los japoneses son menos propensos al consumo y más al ahorro que en otras culturas, como por ejemplo la occidental, provocaron esta caída de los precios y el estancamiento en el crecimiento de su PIB.

Esto es verdaderamente preocupante, pues, como ya hemos podido observar a lo largo de nuestra historia, la deflación es mucho más peligrosa que la inflación, a pesar de los que muchos pueden pensar.

Si tomamos como referencia la función de demanda de bienes en un país: Y= C+I+G, y, teniendo en cuenta que la deflación produce un descenso del consumo (y de la demanda en general), podremos afirmar que este descenso de demanda afectará a la productividad del país.


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